Altas Tarifas de DJs Amenaza Festivales Pequeños

Esta semana el mundo de la música electrónica ha recibido malas noticias al darse 2 anuncios desilusionantes, ya que el Future Music Festival, que era uno de los más grandes de Australia, acaba de anunciar que 2015 ha sido la última edición por no tener equilibrio financiero en la realización del evento, y ahora el CounterPoint Music Festival ha comenzado a seguir el mismo camino.

Todos los amantes de la música electrónica se han quejado por la pérdida de la esencia de la música electrónica, en especial por algunos artistas que han llegado a cobrar cantidades fuera de este mundo, incluso más que rockstars de la talla de Metallica. Estos son algunos motivos por los que algunos festivales de música electrónica han desaparecido o han optado por tener más variedad de géneros.

• Los DJs se han convertido en las nuevas estrellas de rock, ya que las guitarras y tambores están siendo reemplazados por pantallas LED gigantes y espectáculos de luces intensas muy fuera de lo que es la verdadera música. Los precios han aumentado por el crecimiento y todo lo relacionado del EDM, ya que hace menos de 3 años todavía era posible tener un festival con un precio razonable, ahora las entradas llegan hasta a $1000 dólares la más barata. Un ejemplo claro también es Calvin Harris, quién hace 2 años cobraba $200,000 y ahora llega a cobrar hasta $600,000.

• Grandes empresas como SFX, UMF o Creamfields han creado un mercado internacional muy grande, provocando que tengan contratos de exclusividad con grandes artistas de talla mundial provocando que el costo de los DJs sea muy alto y al momento de que festivales pequeños o medianos quieran contratarlos, provocando que estos festivales no tengan un line up que tenga tanto renombre como para llamar la atención del público,

• Aunque la música electrónica ya tenga más de 20 años en el mercado, el promedio de oyentes en la actualidad están entre los 15 y 23 años, un público que puede acceder a los precios de los tickets de un festival mediano, pero no consume tanto como el asistente de un festival de renombre, provocando que no se lleguen a las metas económicas de los organizadores de estos eventos y hagan que tanto promotoras como festivales desaparezcan.